¿De qué forma debe organizarse y transformarse para asegurar la movilidad de todos sus ciudadanos? ¿Qué tipo de innovaciones deben promover las instituciones y las empresas para asegurar que los servicios y productos de movilidad favorecen la inclusión de personas con capacidades distintas?
Estas son algunas de las preguntas que se plantearon el pasado 29 de junio en CASA SEAT en el marco de un evento sobre la Movilidad inclusiva para la ciudad social que estuvo moderado por el comunicador David Escamilla y en el que participaron Lluís Torrens, director de Innovación Social del Ayuntamiento de Barcelona; María Dolors Luna, jefa del departamento de Servicios Sociales de Personas Afiliadas de la ONCE y Oriol Martí, co-fundador de Carlett.
Según los datos más recientes, en Barcelona, el 0,5% de la población tiene algún problema de movilidad. Por distritos y en función del porcentaje de afectados, Nou Barris (0,58%), Sants-Montjuïc (0,54%), Sant Martí (0,5%), Eixample (0,42%) son los distritos con más población con problemas de movilidad.
Esta situación plantea grandes retos a la administración, en diferentes ámbitos, por ejemplo el de la brecha digital. Por edad, casi el 60% de los afectados son mayores de 65 años –el siguiente tramo, con un 32%, es el de personas entre 37 y 64 años−, con un creciente número de personas centenarias en la ciudad. Esto supone un problema a la hora de conceder ayudas, ya que han de encauzarse teniendo en cuenta la brecha digital.
Lluís Torrens, director de Innovación Social del Ayuntamiento de Barcelona, y el primero de los ponentes del evento, destacó en su intervención el reto que Barcelona tiene por delante.
Según Torrens, la ciudad ya permite –mejor que otros organismos− dotar de servicios a las personas, ya que gracias a la idea de la Ciudad de los Cinco Minutos, se puede conseguir una ciudad en la que se tenga acceso a todos los servicios con recorridos muy cortos. El reto es, admitió sin embargo, lograr atender a la gente que no puede salir de su casa o que tiene una movilidad muy reducida para que tengan también acceso a servicios de calidad.
Este reto entronca con uno de los grandes problemas planteados durante el foro: la brecha digital. Según un estudio de ámbito nacional realizado en 2019 eran las personas más jóvenes las que más ayudas a la movilidad habían solicitado en España y las que más recibieron. Pese a que las personas mayores son las más afectadas, a nivel estatal solo un 12% vive en un edificio que haya recibido alguna ayuda o subvención para mejorar la accesibilidad, mientras que las restantes o no la han recibido o no conocen este tipo de ayudas.
Otro reto son las nuevas formas de movilidad urbana y el riesgo que suponen para las personas invidentes o con problemas de movilidad reducida.
Según María Dolors Luna, jefa del departamento de Servicios Sociales de Personas Afiliadas de la ONCE, a las personas con discapacidad visual les gusta disfrutar de la ciudad, moverse de manera autónoma, ser independientes. Pero actualmente han crecido mucho los problemas, y les está costando entender la nueva ciudad, y los propios perros guías están aprendiendo de nuevo a moverse por estas nuevas ciudades, a saber interactuar con los nuevos elementos (como patinetes, bicicletas, coches eléctricos que no hacen ruido…).
Oriol Martí, co-fundador de Carlett y tercer ponente del evento destacó la apuesta de su compañía por la autonomía de las personas.
Carlett es una empresa que se preocupa de todos los detalles para ser expertos en micromovilidad y mejorar la vida diaria fácilmente. Con una gama «Senior» de productos pensada especialmente para las personas mayores y/o con problemas de movilidad reducida, Carlett fabrica tanto carros de la compra adaptados a este segmento de la población, como andadores.
«Detectamos en su momento que la gente quiere salir a la calle, ser autónomos, y nosotros lo que queremos es ayudar a estas personas a través de la tecnología», dijo. Y añadió: «Para ello hemos diseñado una solución que permite a la gente seguir siendo autónoma al salir a la calle con un producto muy seguro y de gran diseño». El objetivo, concluyó, es conseguir que la gente sea autónoma y que pueda salir a la calle de manera segura.