La compañía española Nylstar ha desarrollado una mascarilla fabricada 100% con su tejido Meryl© Skinlife Force y que cuenta con protección HeiQ Viroblock permanente, lo que permite proteger completamente frente a la proliferación de bacterias, virus y hongos en el tejido.
Se trata de una innovación importante, señalan desde Nylstar, porque la gente toca su cara una vez cada 3 minutos (20 veces por hora). Muchos contagios se producen, así, al pasar de la mascarilla a las manos, ya que las mascarillas convencionales no inhiben la proliferación de virus y bacterias, y liberan microfibras contaminadas por estos organismos, que se esparcen por el aire o acaban en el interior del usuario.
Por eso, la mascarilla de Nylstar está diseñada para no liberar microfibras contaminadas en la boca o pulmones de los usuarios, ni generar pelusas que puedan esparcir el virus por el aire.
El tejido de Nylstar cuenta con una tecnología propia basada en el empleo de iones de plata que se insertan en la matriz del tejido, e inhibe e impide la proliferación de bacterias, virus y hongos en el mismo tejido. Gracias a esta tecnología, el tejido elimina también cualquier tipo de olor y puede lavarse hasta en cien ocasiones sin que pierda propiedades. Además, al ser 100% reciclables y sin acabados químicos, esta innovación 100% made in Spain favorece la llamada economía circular.
Desde Nylstar explican que la mayor parte de las mascarillas y de otras prendas anti-COVID están hechas con tejidos altamente contaminantes que sueltan mucha microfibra en el aire y el agua cuando se lavan. Cuando su uso se extiende como está ocurriendo con protecciones sanitarias y mascarillas, el impacto para el medioambiente puede ser altísimo.
Alfonso Cirera, propietario, presidente y CEO de Nylstar señala: “Empezamos a observar que la lucha contra el virus estaba generando unos niveles de residuos sanitarios (y no sanitarios) imposibles de gestionar si no se hacía nada. Nosotros llevamos muchos años investigando la reducción de microfibras cortadas en todo tipo de tejidos y ropas para mejorar su impacto ambiental y vimos que con la COVID estos residuos se podían disparar”.
Por ello, desde Nylstar optaron por crear toda una gama de estos productos con material mucho menos contaminante y, además, crearon un servicio para que cuando el producto ya hubiera cumplido su función, pudiera ser recogido y reciclado al 100% en la propia fábrica de Nylstar para generar otro producto similar que volverá así al mercado sin haber dejado apenas una huella ecológica negativa.