La zagaleta se diversifica para adaptar su oferta a un nuevo perfil de residente surgido en pandemia

Los factores de seguridad y comunicación han cobrado mayor protagonismo en el mercado inmobiliario de lujo a raíz del COVID-19. Así lo ha detectado la exclusiva urbanización La Zagaleta (Benahavís, Málaga), donde se ha disparado el interés por invertir en una vivienda permanente en lugar de una vacacional, motivado sobre todo por un significativo rejuvenecimiento del vecindario. Un mayor alquiler selectivo y el control del mercado secundario en sus dominios han duplicado en estos meses la demanda de información de todo 2019.

La zagaleta Málaga

Si bien es una tendencia que comenzó hace un lustro, favorecida por condiciones como sus completas infraestructuras –cuenta con helipuerto privado desde el que llegar a Málaga en apenas 15 minutos– o el gran volumen de colegios bilingües privados que posee la zona, los meses de pandemia han supuesto un gran acelerador. El fenómeno se debe, sobre todo, a un cambio en el target mayoritario de su potencial comprador. Hasta ahora liderada por empresarios senior de 60-70 años, la demanda ha calado a nuevo perfil que atiende a emprendedores y ejecutivos de exitosas startups de Silicon Valley. En edades comprendidas entre los 35 y los 40 años, llegan buscando un lugar exclusivo de bajo perfil o nula exposición, que suponga un entorno seguro y saludable para su familia.

Creada en 1991, La Zagaleta es un grupo familiar controlado y dirigido por el fundador Enrique Pérez Flores y sus hijos. Localizada en un entorno privilegiado de 900 hectáreas, el plan inicial era construir 3.000 viviendas, pero finalmente se planteó un residencial de 420 para garantizar la baja densidad, junto a dos campos de golf de 18 hoyos cada uno. Actualmente cuenta con 250 villas entregadas y una en construcción, que oscilan entre los 3.000 y 10.000 m2 de superficie y precios entre 2,5 y 32 millones de euros, siendo el rango entre 6 y 8 millones de euros el tradicionalmente de mayor oferta.

Pero los cambios motivados por la crisis del COVID-19 han convencido a los responsables de la urbanización para ampliar su cartera de servicios. “Este último año hemos aceptado más alquiler que en otras épocas, siempre para larga estancia y realizando un selectivo proceso de admisión de inquilino. La reciente llegada de un cliente más joven nos ha impulsado, además, a adquirir viviendas directamente al actual propietario para reformar y vender, fijando un menor precio, y repartiendo los beneficios entre ambos”, explica Jacobo Cestino, CEO de La Zagaleta.

Esta nueva línea de negocio ha permitido que, en muy poco tiempo, La Zagaleta absorba la mayoría de los mandatos del mercado secundario de sus viviendas adquiridas, “villas que reformamos para adaptarlas a las tendencias actuales, y cuyos precios se fijan a partir de los 3 millones de euros. Esto, obviamente, ha repercutido directamente en el aumento del negocio. De hecho, vendimos dos viviendas durante el confinamiento, y en lo que llevamos de 2020 se ha disparado la demanda de información, duplicando en cuatro meses la que tuvimos en todo el pasado ejercicio”, concluye Cestino.Sobre La Zagaleta                                                                  

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